Raúl Serrano
Que tal si en vez de invitar un par de cervezas a los amigos les sugiere asistir a un bar diferente, al que irán a dejar las toxinas en vez de recibirlas; se trata de aspirar oxígeno y obtener todos sus beneficios, de los cuales estamos cada vez más alejados, principalmente en las grandes ciudades.
Sencillamente la vida no existiría sin oxígeno, y pareciera que nos olvidamos de ello. La forma más simple de obtener este gas es respirándolo y aprovechándolo del aire que entra a los pulmones, pero en ciudades altamente contaminadas su calidad es verdaderamente pobre.
La principal función del oxígeno es obtener energía de los alimentos y a su vez suministrarla para que todos los órganos del cuerpo realicen óptimamente todos sus procesos bioquímicos. El complejo proceso se denomina oxidación y se desarrolla en la sangre, donde participa una muy importante proteína llamada hemoglobina, que contiene hierro, y gracias a la cual el vital líquido puede absorber 50 veces más oxígeno que el agua.
Sin embargo, factores como contaminación, determinados productos químicos de uso doméstico, medicamentos, tabaco, alcohol, radiación ultravioleta y rayos X dificultan la oxidación y con ello generan problemas importantes de salud. Por ejemplo, al no haber suficiente cantidad de nutrientes en el cerebro habrá mala ejecución de las actividades que requieren alta concentración.
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